UN LUGAR ÚNICO EN EL MUNDO
Los suelos de la Ribera del Duero se componen, principalmente, de capas calizas arcillosas y calcáreas. Las principales diferencias se corresponden con la distinta altitud de los suelos.
Nuestras uvas proceden de viñedos que se encuentran en las zonas más altas, donde aflora en superficie la capa de caliza, que puede llegar a tener hasta medio metro de grosor. Esto hace que el suelo sea más frío, ya que la caliza refleja la luz, y menos permeable.
El clima es muy extremo con temperaturas que pueden llegar a alcanzar veinte grados de diferencia entre el día y la noche. Estos factores dotan de una elevada concentración polifenólica a las uvas, lo que les aporta una altísima calidad y una larga capacidad de guarda.
VITICULTURA
RESPETUOSA Y SOSTENIBLE
Defendemos la viticultura sostenible que nace desde la profunda convicción de que el respeto por la excepcionalidad de nuestros viñedos, favorece la expresividad del terroir. El respeto por su singularidad otorga el estilo único de nuestros vinos.
VENDIMIA
EN EL MOMENTO ÓPTIMO DE MADURACIÓN
El respeto máximo por el terroir y el trabajo meticuloso del viñedo, resaltan la tipicidad y la capacidad de envejecimiento de la tempranillo. Limitamos de una manera natural el rendimiento de cada cepa, de modo que la producción oscile entre los 3.500 kg y 5.000 kg por hectárea. Tras un seguimiento exhaustivo de la maduración de la uva, determinamos el momento óptimo de la vendimia, que realizamos de forma manual y en cajas de 20 kilos.